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Gabriel Bernal Granados gana Premio Bellas Artes de Ensayo Literario José Revueltas 2021

Con una obra que indaga en historias personales relacionadas con creadores literarios y artísticos

Con una obra que indaga en historias personales relacionadas con creadores literarios y artísticos. (SAÚL RODRÍGUEZ)

Con una obra que indaga en historias personales relacionadas con creadores literarios y artísticos. (SAÚL RODRÍGUEZ)

SAÚL RODRÍGUEZ 30 de septiembre

Con una obra que indaga en historias personales relacionadas con creadores literarios y artísticos, el escritor mexicano Gabriel Bernal Granados fue notificado este jueves como el ganador del Premio Bellas Artes de Ensayo Literario José Revueltas 2021 gracias a su trabajo ‘Historias’.

Se trata de un premio otorgado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), en coordinación con el Gobierno de Durango a través del Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED). Así, el escritor nacido en 1973 en Ciudad de México, resultó acreedor a un estímulo económico de 300 mil pesos.

El jurado de este premio, integrado por Zuélika Martínez-Jiménez Pretelini, María del Carmen Sánchez Ambriz y Carlos Augusto Yescas Alvarado, consideró que la obra de Bernal Granados destaca por la forma en que teje las relaciones entre los personajes abordados y el propio autor.

Para relatar los pormenores de su proceso creativo, Gabriel Bernal Granados conversó en exclusiva vía telefónica con El Siglo de Torreón. El diálogo se nutrió de anécdotas personales y reflexiones en torno a la vida y la literatura.

El proceso

Fue en el año de 2017 cuando Gabriel Bernal Granados se trasladó de Ciudad de México a Cuernavaca. La mudanza le obligó a empacar su biblioteca y desempacarla después en un nuevo espacio. Ese proceso provocó que el escritor se encontrara con libros etiquetados en el olvido, los cuales inmediatamente le exigieron su relectura.

Gabriel Bernal Granados se encontró ante autores de gran pluma con poca luminaria, por ende indica que existe un rostro oculto de la literatura mexicana con escritores que no fueron ni han sido reconocidos. Un mosaico de perspectivas que vale la pena destacar e impregnar sobre papel, para que así logren llegar a otros lectores.

“Este libro (‘Historias’) pretende, de una manera no exhaustiva, de una manera un tanto ‘somera’ (entre comillas, porque los ensayos que presento tienen cierta profundidad), explorar esta área oculta, no solamente de la literatura mexicana, sino también del arte”.

Es en este momento donde también resalta la pintura. Bernal Granados es partidario de este arte y posee diversos cuadros en su colección personal. De igual forma, cada cuadro le narraba una historia durante la mudanza, que a su vez se relacionaba con los libros.

“Te pongo otro ejemplo, había un librito de un poeta: Jorge Esquinca. Es un libro en prosa que publicó la Universidad Autónoma de Querétaro, en una reedición de esta obra. Me pareció un libro espléndidamente bien escrito, maravilloso. Y me dio la oportunidad de contar mi historia personal con este poeta, que probablemente fue uno de los primeros poetas mexicanos vivos a los que yo conocí”.

Entre el mosaico de historias abordadas en los ensayos, el autor resalta la figura de Antonio Alatorre, a quien considera como uno de los secretos mejores guardados de la literatura mexicana contemporánea, no es tan conocido por las nuevas generaciones.

“Me parece que es uno de mis mejores prosistas, uno de nuestros mejores escritores y forma parte de esta serie de casos, de personalidades no reconocidas de nuestro mundo literario. Yo lo conocí. Lo traté en la editorial Aldus, fui editor de algunos de sus libros y cuento la historia de algunos momentos que me parecieron iluminadores de esta relación”.

Una anécdota sobre la elaboración de ‘Historias’ se remonta a la redacción de Leonardo Da Vinci: El regreso de los dioses paganos (Turner, 2021), su obra publicada más reciente. Bernal Granados se encontraba atorado en el capítulo dos. “Y entonces para destrabarme, empecé a escribir estas historias personales, que al mismo tiempo requería cierto grado de erudición literaria. Fue algo para mí muy placentero y muy relajado”.

Así, el autor confirma su visión sobre el ensayo literario, al que desconoce como un género exclusivamente académico y lo coloca sobre un mosaico donde aflora la prosa, la crónica y la poesía.

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